lunes, 22 de julio de 2013
miércoles, 14 de diciembre de 2011
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Algunos recuerdos
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Las heridas del cuero cabelludo nunca se infectan, tal es la irrigación del mismo, que todas las defensas contra microbios están disponibles en esa zona.
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Los pacientes siempre mienten respecto a la edad y a sus prácticas sexuales.
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O eres cirujano antes de los 30 años o nunca más lo serás, es como aprender a andar en bicicleta hay una edad para ello.
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El medico, es mejor elegirlo entre los que tienen mas de 10 años de graduado y menos de 35 de ejercicio de la profesión, luego de ello se cansan o confían demasiado en su experiencia, esta, antes de los diez años no la tienen en suficiente cantidad.
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Wrightington Hospital - A Centre of Orthopaedic Excellence. Hace años escuché la siguiente anécdota de la cual no se si es real o una ficción, pero al menos da qué pensar. En ese hospital donde concurren los más beneficiados pacientes con problemas de columna vertebral, de todo el mundo, y cerca de su tradicional entrada, trabajaba en un kiosko un contrahecho, cifoescoliosis padecía, es decir era jorobado y torcido en cuanto a la estructura de su columna, ello conlleva además falta de estatura producida por las curvas.
Los médicos dedicados a la cirugía de ese tipo de deformaciones, de renombre en todo el mundo y clientes habituales del pequeño negocio, le insistían que se operara, que a más de quedar más alto, no se le notaría el defecto. Tanto insistieron que el pobre hombre claudicó en su negativa y aceptó la propuesta. Los médicos planificaron detallada y meticulosamente la operación que un malhadado día se llevó a cabo. No finalizó, se interrumpió por la muerte de paciente.
Este pobre hombre, no tenía familiares ni nadie que lo llore ni que lamente su desaparición. Sus médicos se hicieron cargo del sepelio y de los gastos, y hasta de la colocación de una lápida en el cementerio local, en la que inscribieron:
“ Aquí yace, quien estando bien, quisimos dejarlo mejor”
Sus Médicos.
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El guardapolvo es el emblema de los médicos actuales, los galenos modernos usan ese atuendo en reemplazo de la vestimenta con adornos, máscara y símbolos de poderes sobrenaturales, de los brujos de las tribus salvajes.
Errores los hay que pueden ser horrores:
Mientras un cirujano realizaba una cirugía de abdomen, aislado el ureter, le pasa un hilo doble con el cual había separado el conducto que salida del riñón del lado contrario al cirujano, al ayudante, al que suponía cirujano, este comienza a hacer un nudo. El cirujano alarmado le dice:
¿Que hace usted?
¿No me pasó esto para que lo ligue?
¿Pero no ve usted que eso es el ureter, si lo anuda, anularía así el riñón?
No hablaron más pero tampoco el cirujano operó pacientes de ese médico ni volvieron a relacionarse. Previno a cuantos pudo de la ineptitud del médico, era una época en que no se hacían denuncias, las leyes actuales que lo habrían obligado a actuar aún no existían.
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Cuando un traumatólogo procuraba extraer una placa de acero del femur, en la zona de la cadera y por haberse desplazado no cumplía su función, debía ser reemplazada por otra y golpe tras golpe no lograba hacerlo debió recurrir al cirujano jefe de ese servicio, el que luego de prepararse, se incorporó a la cirugía, cogió una simple pinza del instrumental, una pinza de mecánico, de acero inoxidable con la que pensando en el adagio que dice que la gota horada la roca, impuso con movimientos laterales alternados y sucesivos, agregados a una fuerte tracción hacia afuera del elemento que se debía reemplazar y logró en pocos minutos la extracción. El sentido común es el menos común de los sentidos.
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Cosas leves ocurren, como en un caso cuando las gastrectomías eran más frecuentes, que mientras un eximio cirujano suturaba la boca del duodeno al estómago en su parte restante, el ayudante 1ª, le dijo al segundo ¡Corta!, este medio dormido o distraído corta el hilo en un instante en que el cirujano miraba si iba cosiendo correctamente ambos órganos, no dijo nada pese a su reconocido mal carácter, reinició otra vez con nuevo hilo el tedioso trabajo de cerrar la unión del duodeno con el estómago, en lo que se llama neoboca.
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Un gran neurocirujano, si es que fue él y no el que lo relató, le contó a un pasante becario, aspirante a neurocirujano que cuando operaban un paciente durante su etapa de formación en otro país, de un tumor cerebral, se apoyó en más en el trépano, para iniciar la extirpación del tumor y este que no era de los modernos trépanos, protegidos contra accidentes, se hundió provocando la inmediata muerte del paciente, “solo un error como este en la vida”, le dijeron y se silenció todo y ahora era, en esa ocasión, el profesor de tal hospital escuela.
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Un viejo método de evitar los panadizos o las infecciones del extremo de las terceras falanges de la mano, es la de envolver la base de la última falange, entre la articulación y la uña con una banda elástica durante unos segundos varias veces cada hora, suelen bastar unas dos o tres veces en el día, cuando es al comienzo, para evitar tan dolorosa lesión. ¡Cuidado, son arteriolas terminales! Ello significa que si se descuida o prolonga la supresión de la circulación que ello conlleva puede dar lugar a una gangrena. Esto fué usado como remedio en épocas previas al descubrimiento de los antibióticos y si bien puede funcionar por extravasación masiva de leucocitos en la punta o pulpejo del dedo, no se sabe con certeza su mecanismo de acción. Esta respuesta como tratamiento le costó ser aplazado a un estudiante de medicina años atrás, se recomienda no tratar de imitar el sistema.
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Una dieta que mejora para siempre el estreñimiento, es la siguiente, mientras se cuiden sus consejos o normas generales.
Consulté en cierta oportunidad a un destacado clínico, en mi época de estudiante, casualmente antes de las vacaciones.
Pasaban con frecuencia varios días y hasta una semana sin evacuar el intestino, es molesto y trae trastornos como un malestar general que los que padecen este inconveniente, conocen bien.
Resumiendo: me aconsejó iniciar el tratamiento en plenas vacaciones pues necesitaba estar a disposición del aseo y el aseo de mi, a todas horas ambos disponibles.
Ahora se que se trata de recuperar un reflejo condicionado perdido por malos hábitos.
El tratamiento consistió en dos etapas bien separadas.
Primera etapa: quince días dieta de exclusivos vegetales y algo más, nada de carne ni sus derivados. Seis comidas diarias.
A saber según recuerdo:
Desayuno (8 hs) té con una o dos galletas, y algún dulce, mejor mermelada natural o de la que se hace con Agar-agar.
luego (10 hs) una naranja, no jugo de naranja. (12 hs) Comida o almuerzo, una sopa de verduras mejor, un trozo de pastel o tarta de espinacas, acelgas, zanahoria o zapallo. Después (14 hs), un par de dátiles (mejor) o ciruelas secas. A las (17 hs) merienda igual que el desayuno. 20 hs.
Cena. Sopa de verduras o mejor crema de verduras.
IMPORTANTE: Durante todo este tiempo, en especial los primeros días y en adelante, se deberá estar atento al deseo de evacuar el intestino, ir al aseo o al WC, cada vez que se sienta el deseo de hacerlo y no abandonar el hábito de ir, aunque la defecación no se haga realidad, ya vendrá ese momento, recordar que se busca recuperar el hábito perdido, que es natural en la infancia pues el lactante evacua cada vez que mama o recibe su alimento.
Segunda etapa: Tras quince días con este sistema, se reduce una ingesta, la de las 14 horas y de agrega a la comida, una rodaja de jamón y pan, al igual que en la cena. Una vez por semana se incorpora carne o pescado, en poca cantidad, a la comida (sin jamón ese día) y otro día igual se procede en la cena siempre reemplazando el jamón, el resto permanece igual.
Desde el comienzo fuera de hora si se siente apetito o hambre, se pueden comer zanahorias a discreción, siempre sin exagerar y respetando los horarios de necesidad de ir al aseo.
Tras ese lapso, se retoma paulatinamente la alimentación normal, procurando que la evacuación sea respetada en su horario, la que se normalizará con un par de evacuaciones diarias.
En adelante respetando los horarios no regresará la constipación y se mantendrá el ritmo, todo depende de las obligaciones de cada uno. Es dable recordar que como reflejo condicionado funcionamos todos y es en este caso, como si alguien toca el timbre en una casa, la repetición de tocar el timbre cesará luego de varios fracasos, la falta de respuesta hará cesar el interés y el interesado no volverá pues nunca fue atendido y se cansó de insistir. Pero si es atendido entonces volverá, es cuestión de hábito y de mantenerlo respetando el horario siempre que sea posible, pero sin perder la costumbre.
@@@@@ Regla del Dr. J. Posse: Regla de oro del sueño.( Una sencilla y sagaz observación)
Si cuando te vas a dormir tienes un lado de la nariz tapado y te molesta al respirar o te falta el aire, es suficiente para mejorar la situación, ponerte del lado no obstruido, es decir con el lado de la nariz que no permite el paso normal del aire hacia arriba. En pocos minutos o ya dormido se descongestiona el lado de arriba, por la fuerza de gravedad, y tendrás dulces sueños, que así sea.
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